Hadas del Fuego

El hada del fuego no es como las demás hadas. Aunque posee también poderes mágicos no encaja en la imagen que se tiene de ellas debido a su tamaño. Las hadas del fuego pueden llegar a medir hasta 1,90 metros, si bien eso sucede rarísimas veces. Normalmente su estatura media es de 1,65 metros. Sus pequeñas alas y sus largos vestidos rojos fuego hacen pensar que son inofensivas o incluso que necesitan protección, pero eso un error. En verdad, las hadas del fuego raras veces le permiten a una criatura o a un mago acercarse lo bastante como para averiguarlo, pues antes de que una criatura se haya podido acercar lo bastante para atacar, ya ha sido convertida en cenizas. Las hadas del fuego son de gran ayuda sobre todo en la defensa de un palacio. Y si se las coloca al lado de las hadas de la tormenta, al batallón enemigo le será prácticamente imposible vencer. En el combate el hada del fuego brilla primero con una luz rojiza y uno puede sentir literalmente su abrasador fuego bélico. Las historias y tradiciones de antaño cuentan que las hadas del fuego son las sirvientes de Bréanainn, el Dios del Fuego, y que desde su desaparición sirven a los magos de la luz o las sombras, pero sólo hasta el día en que su Dios regrese y vuelva a ocupar su lugar en el templo de los dioses.